lunes, 10 de diciembre de 2007

Cuando sea grande?


Hoy desperté con un invitado nada grato en mi rostro. Había olvidado la sensación que provoca tener ese cuerpo carnoso en algún lugar de mi cara. Estoy hablando de la desagradable bolsa de materia liquida espesa llamada espinilla. No las soporto, vienen a interrumpir la inmaculada homeostasis de mi piel.

Se levanta cual Everest junto a mi nariz con el único fin de robarse el protagonismo de las primeras impresiones de los próximos 4 días, a menos que mis manos acorten su estadía.
Esta debe ser de las últimas de su camada. Habían pasado varios meses desde que la última hozó eclosionar en la portada de mi presentación personal. Estos furúnculos habían dejado de ser un tema en mi vida.

Se habían ido así como llegaron, lentamente. Aun recuerdo la primera, fue un unicornio que me acompaño una larga semana. Pero ya de esas no hay. Todas han sido reemplazadas por una tupida barba, que no suelo cortar en forma constante.

Se van, se acaban, como muchas cosas. La voz ya no me tirita, ya no choco con las cosas, no me piden el carnet para entrar a un local, o comprar copete. Y el “joven” es remplaza en cada vez más situaciones por “señor, lo puedo ayudar en algo”.

Se fue la pubertad, y de la “juventud” al “adulto joven” la brecha es tan imperceptible, como aquella última espinilla.

Ahora me rio con esos mail denominados “te estás poniendo viejo”, mis dibujos animados favoritos ya no los transmite ningún canal. Los futbolistas ya son menores que yo, y mi sueño de ser uno de ellos, no será posible. Las modelos son de mi edad. A los pingüinos les digo niños, y ellos a mi tío o señor.

Disfruto más estar sentado, que corriendo. Juegos que tengan algo que ver con imaginación han desaparecido de mi rutina, ya no “mando saludos” ni hago “gancho”. No me da vergüenza comprar preservativos, y voy al médico solo.

Encuentro raro a los más jóvenes, no entiendo a los pokemon y hay modismos como “poncio” que no sé lo que significan. Mi generación perdió el protagonismo y estamos en ese limbo de los últimos años de universidad y el mundo laboral. Ya no puedo decir lo que voy a ser cuando sea grande. Ese tiempo ya paso, es momento de decir lo que fui cuando chico.
Quién diría que 22 años pasaron volando. Parece que se acabó el tiempo de los errores y es momento de enseriar un poco el transcurso de la vida. Estoy en la ambigua etapa de la vida del adulto joven. Quedan las ultimas espinillas, pero la vida, ya está media resuelta.
Pensándolo bien, voy a extrañar esas espinillas.

8 comentarios:

Dani dijo...

las gueas, a mí no me vas a arrastar con tu vejez mierda!!

no hables más del tema, me goca en los adultos jóvenes y TU transcición.

no caeremos contigo raul!

un beso de todas formas, solo porque te fuiste y me dejaste con esa perra de la javiera q está loca y en santiago.

cuidate biiiitch!

byeee

Tamita dijo...

jajajja cierto que es raro???, antes iba al cole de mala gana con tan solo pensar que tenia prueba o algo por estilo, hoy voy a buscar a mi hermana y como recuerdo todas las tonteras que vivimos, romper el record en los baños, barquitos de papel XD jajajja y ver a todo esos pendex que ya no son pendex sino que jovenes, la vida se nos pasa tan rapido... ese maldito sonido "señora le doi el asiento" grrrrr jajajja pasa el tiempo nuestros cuerpos cambian, pero creo que los recuerdos estan fresquitos, una noticia que quiza ya sabes, esto que escribiste hoy lo senti muy en el fondo hace unos dias, el grupo de las 6 (Dany, Katy, Chika (falto pero creo que aun asi estabab con nosotras), Shofy, Janny y Yo) nos juntamos y me di cuenta que hace no mucho tiempo eramos unas cabras chicas gritonas jjajaja y ese dias descubrimos que seriamos tias, si tias fuerte sentir eso, darse cuenta que esa amiga que viste por tanto años a tu lado hoy tiene un ser en su vientre, que ya no9 es mas una niña, que ya no somos niñas, jajajja fuerte pero totalmente feliz porque nuestro lazo aun existe, ahora somos 1 mama y 5 tias =), cambios... si millones... Te apoyo Baulito Xd se nos pasa la vida y ni cuenta nos damos.

Saluditos cuidece muchos
besos enormes


Tamy

Anónimo dijo...

Yo aún tengo espinillas, y lo leo como Dios diciéndome que siempre seré cabro chico, jamás seré un hombre serio y puntual, responsable y estructurado. No lograré nada importante en mi vida, y pasaré el resto de mis días leyendo novelas infantiles, saltando en la Rayuela y burlándome de Stephen Hawkins.

Dicen por ahí que para el 2010 los '90 van a volver a estar de moda. Cuando ocurra, seremos reyes nuevamente. Larga vida a nosotros.

Andrea Hartung dijo...

lei dos párrafos y me dio ew.


gente!por un blog más limpio y sin pus, ms. hartung!

Unknown dijo...

YO FUI EL DE LOS BARQUITOS DE PAPEL, QUE PENDEJADA... COMO PASA EL TIEMPO, AHORA CUANDO ME SUBO A LAS MICROS DETESTO CON TODO MI ESPIRITU SANTO A LOS PENDEJOS QUE SE SUBEN CON SUS RISOTADAS, SUS BURLAS, Y SUS BANALES Y POCO COHERENTES DIALOGOS... MALDITOS SEAN Y PENSAR QUE TODOS FUIMOS ASI, EN SU MOMENTOS ODIADOS POR ESTAR FELICES Y RIENDO POR PURAS ESTUPIDECES. PERO YA FUE Y AHORA ESTAMOS EN OTRA Y SOMOS PROTAGONISTAS, MAS QUE ANTES, LIBRES DE HACER Y DESHACER, DE YOGUTH A TOMADOR, DE PESIMISTA A OPTIMISTA, DE PIOLA A PROTAGONISTA, DE PENDEJO A LO QUE SOY... DARWIN TENIA RAZON...

Slow like honey dijo...

Naa siempre queda un tiempo para pendejadas y nunca es bueno tragarse completo el cuento del adulto responsable saturado de estabilidad, esas son patrañas, vale la pena seguir jugando un poco

saludos y suerte con tu madurez

Andrea Hartung dijo...

si!!!!
y demasiado feliz por eso!

Dr. Macacus dijo...

Al parecer, cuando uno bebe y se masturba mucho generalmente la nariz se le coloca roja, pero no sabría decir algo al respecto...
También estoy viviendo una nueva etapa: mi padre me trajo de regalo ropa de trabajo, camisas y pantalones de vestir. Incluso los diseños de golf y rombos comienzan a aparecer sutilmente. Lo peor fue cuando me coloqué unos pantalones y me dice "oye, ocupa estos pantalones más arriba". Se acabó, comenzó el asunto: de aquí hasta el último de mis días el pantalón comienza poco a poco a apoderarse de mi cuerpo hasta que llegue como mi abuelo a abroharme el cinturón justo debajo de las tetillas. Un proceso inevitable, por cierto.
Viva el Viagra, por cierto, pero no tengo que nada que decir al respecto.